martes, 1 de marzo de 2011

CASABLANCA


-"Louis, presiento que este es el comienzo de una hermosa amistad"-


Casablanca es una película estadounidense de 1942 dirigida por Michael Curtiz. Narra un drama romántico en la ciudad marroquí de Casablanca bajo el control del gobierno de Vichy. La película, basada en la obra teatral "Everybody comes to Rick’s" de Murray Burnett y Joan Alison, está protagonizada por Humphrey Bogart en el papel de Rick Blaine e Ingrid Bergman como Ilsa Lund, además de Paul Henreid como Victor Laszlo, Claude Rains como el Capitán Louis Renault.

Hay que destacar, entre otras cosas que es una de las películas mejor valoradas de la cinematografía estadounidense,ganadora de varios premios Oscar, incluyendo el de mejor película y mejor director en 1943.


"El argumento discurre durante la Segunda Guerra Mundial, a través del personaje de Rick Blaine, un estadounidense cínico y expatriado por causas desconocidas, que administra el local nocturno más popular de Casablanca, el «Café de Rick», un lugar al que acude gente de la Francia de Vichy, oficiales de la Alemania nazi, exiliados políticos y ladrones.


La acción comienza una noche, cuando un criminal menor llamado Ugarte, llega al club de Rick portando unos salvoconductos que ha conseguido tras asesinar a dos mensajeros alemanes y que permiten a su poseedor el libre tránsito a través de la Europa controlada por los nazis y llegar, incluso, a la neutral Lisboa, de la cual se podría partir hacia los Estados Unidos.

Evidentemente los documentos tienen un valor incalculable para cualquiera de los refugiados que esperan en Casablanca su oportunidad de escapar, por lo que Ugarte planea vender los salvoconductos esa misma noche pero, antes de que la compra-venta tenga lugar, Ugarte es arrestado por la policía local al mando del Capitán Louis Renault, un corrupto oficial de la Francia de Vichy no antes de que Ugarte deje las cartas al cuidado de Rick.


Entretanto la razón de la amargura de Rick llega de nuevo a su vida, tal como expresa en aquella famosa frase: "De todos los bares en todos los pueblos en todo el mundo, ella entra en el mío". Se trata de su ex-amante, Ilsa Lund quien le había abandonado en París sin dar explicaciones y quien, junto a su esposo Victor Laszlo, un renombrado líder de la resistencia checa que enfrenta a los nazis, entra al Café esa noche para comprar las cartas. La pareja necesita las cartas para dejar Casablanca y salir hacia los Estados Unidos, y aquí empezará el conflicto de Rick entre el amor y la virtud: Rick deberá escoger entre su amada Ilsa o hacer lo correcto."


Para mí este es El Clásico de los clásicos. Unos personajes en los que los actores profundizan perfectamente hasta conferirles un carácter inédito, sobre todo en el papel de Rick, por el que se recordará al personaje como si hubiera existido en la realidad.

El componente histórico es importante para hacer interesante el desarrollo de la película, para entregarle un argumento, pero la esencia de la película no son los nazis sino una historia de amor y odio, amor hecho a medida y odio provocado por la desaparición injustificada de la protagonista.

El peso está en los diálogos, en el cruce de miradas, en el ambiente que transmite el blanco y negro (en color no sería lo mismo) e incluso en la música que sale de los dedos de Tom reproducida en ese famoso piano. La acción se queda a un lado. Fue una peluca hecha para disfrutarla no para verla de pasada, y de ella salieron frases míticas del cine que no hubieran sido posible sin la brillante mente de un guionista que puso en los escalones más altos a Humphrey Bogart e Ingrid Bergman, a los que recordaremos por el famoso "Siempre nos quedará París".

Y a nosotros siempre nos quedará Casablanca.


Por último, os informo de alguna curiosidad que quizá no sepáis de este clásico estadounidense.

Sorprendentemente, y en virtud del código estadounidense de producción cinematográfica de 1930 que prohibía exhibir a una mujer dejando a su marido por otro hombre, hubiera sido imposible presentar una Ilsa que dejara a Laszlo por Rick, una disputa con un final obligado por tanto.


Además, otro de los rumores famosos sobre la película es aquel que afirma que los actores no supieron hasta el último día de filmación cómo terminaría la historia, de hecho, la obra original terminaba con Rick enviando a Ilsa y a Víctor hacia el aeropuerto, no coincidiendo exactamente con la película.


Por último, y por dar un apunte un tanto cómico, comentaros que la película se filmó íntegramente en Hollywood, pero los turistas que visitaban Casablanca pedían la ubicación del bar de Rick, que no existía. Posteriormente el municipio construyó dos bares frente a la plaza: el Rick’s Bar, y el Blue Parrot Bar, supongo que triunfarían con el negocio, aunque les faltaría un Sam que tocara el piano y una Ilsa que dijera eso de "Tócala otra vez, Sam".


Antes de acabar dejo aquí ese célebre final al que hace referencia la frase que encabeza esta entrada, ¡qué la disfrutéis!


4 comentarios:

  1. y es que.. ¿quién no ha dicho algúna vez la típica fase.. "siempre nos quedará parís"? =)

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  2. estoy totalmente de acuerdo con tu entrada y además recomiendo la obra de teatro "Tócala otra vez Sam" que es una verdadera obra de arte para los que nos gustan este tipo de arte melancólico ^^

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  3. Es muy curioso cómo películas como esta perviven de esta manera a lo largo de las décadas. Pese al constante avance tecnológico, efectos especiales, presupuestos enormes... Pero mucha gente sigue creyendo que no hay mejores películas que Casablanca, Ben Hur, El Bueno, el feo y el malo, Lo que el viento se llevó y un largo etcétera. La película en particular no la he visto, pero sí que me sonaba bastante.
    Siempre nos quedará Vicálvaro

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